La semana pasada leía algunos periódicos, en sus artículos de opinión y otros comentarios, que incidían en la negación del golpe de estado contra el gobierno constitucional y legítimo de la República en 1936. Todavía algunos hablaban de “perdedores” y negaban la mayor. Había resentimiento de quienes al parecer se consideraban del bando de los “ganadores”.